Una vez fuera del siglo XVII, un siglo en el
que la sociedad era absolutamente manejada por un régimen absolutista y
dictatorial nos adentramos en un siglo en el que parece que una luz alumbra la
oscuridad que caracterizaba el Antiguo Régimen.
Una luz, la de la razón, fue suficiente para
concienciar al pueblo de que, a través de ella, se podría acabar con el Antiguo
Régimen, una luz que se convirtió en la base para el conocimiento y la
estabilidad de una sociedad culta que tenía que pensar por sí misma.
La publicación de la Enciclopedia atribuida a Diderot y D’Alambert fijó los valores
anteriormente mencionados con más consistencia. La razón como arma para acabar
con un sistema axiomático y absolutista.
Este siglo, fue denominado también “El siglo
de las luces” cuyas características eran el racionalismo, el antropocentrismo,
el laicismo y la búsqueda de la felicidad epicúrea.
Para ver más ejemplificados los valores que
dominaban en la época, vamos a tomar tres poemas pertenecientes al siglo XVIII:
el de Félix Samaniego: “A los caballeros alumnos del Real Seminario patriótico
Vascongado”, el de Sánchez Barbero: “El patriotismo” y el de Manuel José
Quintana: “A España después de la revolución de marzo”.
A fin de comprender mejor la ideología
política de los citados poetas es necesario hacer una pequeña introducción a lo
que era la política en la época de la Ilustración: surgió el despotismo
ilustrado que trajo consigo la separación de poderes y comenzó a darse una
división en dos bandos: los conservadores,
de los nacionalistas y los afrancesados,
cosmopolitas e innovadores.
Los poetas anteriormente mencionados eran del
bando de los afrancesados, tenían una ideología ilustrada y eran contrarios al
gobierno como vamos a poder observar en los pequeños fragmentos que he extraído
de los poemas que ya he citado.
Dice Samaniego, en el poema “A los caballeros
alumnos del Real Seminario patriótico Vascongado”
“seguid la senda
en que marcháis, guiados
a la luz de las Ciencias
por profesores sabios.”
Aquí podemos ver como Samaniego hace alusión a
la razón metafóricamente a través de la luz e incita a seguir al bando al que
pertenece para acabar con el Antiguo Régimen siempre a través de la razón. No
solo ocurre en esta estrofa, sino que a lo largo del poema deja ver claramente
su posicionamiento a favor de los afrancesados; y es clara su opinión sobre que
por fin la lucha tiene recompensa:
“Tras penosas fatigas,
la labradora mano
¡con qué gusto recoge
los racimos de Baco!”
Pasando a comentar al segundo autor que nos
ocupa en esta entrada es importante destacar que en el poema citado también
habló de la revolución que debía darse para acabar con aquel absolutismo
dictatorial y de los frutos que estaba dando dicha revolución:
“La suspirada aurora
amaneció por fin;
la triunfadora
verdad exenta del
enorme peso
del fanático error,
ufana vuela,
vuela la libertad, las
leyes mandan.”
Para finalizar, pasamos al último autor que
nos ocupa: M.J Quintana que dice en el poema citado:
"¡Salud, oh padres de la patria mía,»
Yo les diré, «¡salud! La heroica España
De entre el estrago universal y horrores
Levanta la cabeza ensangrentada,
Y vencedora de su mal destino,
Vuelve a dar a la tierra amedrentada
Su cetro de oro y su blasón divino."
Aquí
demuestra que gracias a la revolución, el uso de la razón trajo consigo una
mejor época para España, donde se destituyó el Antiguo Régimen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario