domingo, 25 de mayo de 2014

FUERZAS CONFRONTADAS DENTRO DE ANA OZORES


Es quizá el capítulo XXVI de la obra La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín, uno de los capítulos más significativos cuando se trata de demostrar las tres fuerzas que confrontan en Vetusta a lo largo de toda la novela.

Para comenzar voy a exponer brevemente cuáles son las fuerzas a las que me quiero referir para continuar demostrando cómo, en qué momento y por qué aparecen enfrentadas en el citado capítulo.
Sería difícil ordenar los personajes en función de los que ejercen más o menos fuerza sobre Ana Ozores, siendo su voluntad, otra de las fuerzas que actúan sobre ella, pero me aventuraría a ordenarlas de acuerdo con mi parecer y centrándome en el capítulo XXVI en el que Ana decide hacer penitencia como Nazarena a raíz de una promesa que le ha hecho al Magistral.

Las tres fuerzas son, según el orden que les he otorgado, la voluntad del Magistral (a veces muy lejos de lo que sería la voluntad de Dios) que es indudablemente la que más influye sobre el personaje de Ana Ozores, llegando a anular la voluntad misma de la protagonista durante toda la obra. En segundo lugar, actúa sobre Ana la fuerza de Vetusta, la ciudad entera se convierte en la conciencia religiosa de la Regenta, que la acusa constantemente de actuar de un modo libertino, o anticristiano, y para terminar, la última fuerza que es ejercida sobre Ana Ozores es la fuerza de su propia voluntad.

El orden anteriormente establecido quiere esclarecer que Ana Ozores actúa principalmente inducida por el Magistral, teniendo en cuenta y presente la opinión de Vetusta y por ultimo y además de pasar por la opinión de su marido (dejando ver claramente la actitud patriarcal que denota Víctor Quintanar) su propia voluntad, lo que realmente ella considera oportuno hacer.

En el ya dos veces citado capítulo XXVI la acción se desarrolla en casa de Vegallana, donde varias personas, entre ellas, Obdulia, Visitación y la Marquesa comentan la promesa que la Regenta ha decidido llevar a cabo, saliendo como Nazarena en la procesión de Vetusta.
Como era de esperar, esta no es una decisión que haya tomado Ana Ozores por sí misma, sino que ha sido inducida por el Magistral, delante de quien se arrodilla y le promete que por él saldrá en la procesión, vestida de Nazarena y descalza. Realmente no sabe Ana por qué lo hizo, pues el Magistral ha pasado a ser visto en Vetusta como un ser despreciado e incluso ella misma a llegado a hacerlo:

"[...]se había jurado a sí misma caminar así, a la vista del pueblo entero, por todas las calles de Vetusta, detrás de Jesús muerto, cerca del Magistral que padecía también muerte de cruz, calumniado, despreciado por todos...y hasta por ella misma...[...]"

Don Víctor Quintanar, por otro lado, se siente triste, pues creía que dominaba a su mujer, pero no lo hace. En contra de su voluntad, Ana decide salir en procesión, en parte por el Magistral, en parte por conservar el honor, aunque el día del espectáculo, mirando al cielo y mientras el Magistral rezaba por que no lloviera, ella lo hacía por que sí. Había llegado a la conclusión de que salir en procesión por honor no iba a hacer más que ridiculizar a Víctor:

"¿No había sido un arrebato de locura aquella promesa? ¿no iba a estar en ridículo aquel marido que tenía que ver a su esposa descalza, [...] dándose en espectáculo a la malicia, a la envidia, a todos los pecados capitales que contemplarían desde aceras y balcones, aquel cuadro vivo que ella iba a representar? [...]"

Nunca antes en Vetusta una señora había salido de Nazarena, y mucho menos descalza, ella lo había visto en Zaragoza, y, aunque no era este un comportamiento ejemplar a los ojos de Vetusta, sin saber muy bien por qué, a Obdulia le despertaba envidia. Todos pensaron que aquella mujer estaba loca, su esposo, Vetusta e incluso ella misma, que se da cuenta de que se sale de los dogmas, de lo normal, de lo anteriormente visto en aquella ciudad, la voluntad de Ana era ahora no salir en procesión, voluntad coartada en ese momento por la opinión de Vetusta, otra de las fuerzas influyentes en La Regenta:

"[...] ya no creía ni dejaba de creer; no pensaba en Dios, ni en Cristo, ni en María, ni siquiera en la eficacia de sus sacrificio para restaurar la fama del Magistral: no pensaba más que en el escándalo de aquella exhibición. <<sí, escándalo era; la mujer de su casa, la esposa honesta, protestaba dentro de Ana contra el espectáculo próximo>> [...]".

En este último fragmento podemos ver claramente las tres fuerzas que Ana tiene en cuenta: el Magistral, Vetusta y su propia voluntad.
Finalmente, va a salir en procesión sin querer realmente, por una promesa al Magistral, de rodillas ante él viéndose Ana como María arrodillada ante su hijo, por lo que vemos como la fuerza del Magistral es más fuerte en este caso que la voluntad de Ana. Seguimos con Vetusta, que influye sobre ella a la hora de cumplir la promesa que le había hecho a don Fermín, la Regenta no quería hacer procesión, sabía que el pueblo la criticaría por ello. Y finalmente su voluntad, de acuerdo en este caso con Vetusta, ella no quería hacerlo, pero lo hace.
Para concluir y poner en claro todo lo dicho anteriormente voy a hacer una muy breve síntesis de las fuerzas que influyen a Ana Ozores para salir en procesión:

  1. El Magistral, don Fermín de Pas.
  2. Vetusta, como conciencia de lo correcto.
  3. Su propia voluntad.














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